Vuelto a nacer

Imagen de Peter H en Pixabay

En un momento estaba volando. Pasa de la manera más sencilla que pueda uno imaginarse. No vi el cielo, que era gris, con llovizna, porque casi todo el tiempo de vuelo lo pasé boca abajo. Vi el asfalto mojado. La moto japonesa de 30 caballos era más traicionera que todos los del mundo, seguramente. Me había engañado con su aire de juguete. Abrí gas con brío y entonces se revolvió y me inyectó el veneno. En situaciones así, se podrá decir lo que se se quiera, pero la verdad y la realidad es que se ve venir la adversidad y es todo lo que se puede hacer: adoptar una actitud pasiva. Mi pie quiso desobedecer y buscó el freno trasero, el de seguridad total. Inútil.

No pensé en nada. Hasta solté el manillar, como manda el libro de la autoescuela, por inercia. No debí durar más de diez segundos en el suelo. Busqué la hierba en seguida, si bien nunca corrí. No notaba dolor; después supe que el daño que me había hecho era muy molesto y no realmente grave, pese a lo que debió ser una voltereta digna de un especialista de cine. Supongo que era consciente de que, si acierta a pasar algún coche cuando yo rodaba sobre las protecciones de goma de mi traje, todo se habría acabado. Es hasta una blandenguería, y nada tiene de épico, pero aquella tarde asquerosa volví a nacer.

Si hay que hablar de carreteras solitarias, nunca falla citar a Sam Shepard. En un relato suyo, un actor rodaba una escena en la que conducía una moto por una carretera hacia la casa de la mujer a la que tenía que matar. Poco a poco, el actor empezó a preguntarse quién era su personaje y por qué hacía lo que hacía. Empezó a adelantar a la furgoneta desde la que le dirigían, y ya no le importaba nada cuando se notó más cerca del cielo que de la tierra. En mi caso, no hubo reminiscencias poéticas medio lisérgicas ni nada por el estilo. Duró muy poco; nadie se enteró. En mi caso, aquella tarde nada más, quise creer que Algo o Alguien me estaba mandando un recado: Fuera de ahí. Ni se te ocurra. Nunca más. Di el mensaje por recibido.

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